Acercamiento a la cultura Guane

Mediante este blog estamos tratando de hacer un acercamiento a la cultura Guane hoy ultrajada por comerciantes que ofrecen mil objetos que no son guane y autoridades municipales quienes llegan a los cargos públicos sin ninguna base cultural. El idioma que usamos es el más sencillo, como si se tratara del de una noticia, a fin de que todos entiendan los contenidos. Los Guane fue la más desarrollada cultura de su tiempo antes y a la llegada de los españoles y no los nativos que anduviesen en guayuco.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Gobierno y pueblos Guane


El conocimiento que tenemos sobre la organización sociopolítica, lengua y costumbres de los Guane se deriva de las crónicas y documentos dejados por los conquistadores y colonizadores españoles. El grave error que existió  durante muchos años  y que contaminó la realidad del ancestro santandereano fue la aseveración de que, “Muisca y Guane eran un sólo pueblo”.  Tuvo el efecto dañino al corromper los auténticas realidades de los sus gentes, gobiernos, pueblos y costumbres.
Representación artística de la vivienda Guane

Esta devaluada idea hizo que se viera por mucho tiempo a los Guane como un apéndice Muisca, velando su verdadera identidad y costumbres y aplicándole otras que no lo eran. Algunos  historiadores en sus deducciones también llegaron a “integrar su territorio dentro de los dominios Muisca”. Indudablemente que entre esos dos pueblos habían acercamientos comerciales y algunas similitudes en algunas costumbres sociales, pero nunca fueron lo mismo.

El nuevo criterio de historiadores y antropólogos actuales predica: “A pesar del parentesco y las similitudes hay más que suficientes diferencias como para estudiar al grupo Guane en forma independiente ya que este posee una identidad étnica propia”. El viejo criterio lo hicieron a un lado para dar  paso a las nuevas y definitivas autenticidades del pueblo Guane. En el actual pueblo santandereano se ha despertado más afectos a esta sociedad precolombina porque estimula la opinión de que, “Los santandereanos hemos tenido identidad propia desde siempre”.
 
Según los cronistas en el siglo XVI, “… esta provincia se encontraba muy poblada y existían grandes pueblos como Guanentá, Butaregua, Macaregua  y xeriras entre otros. Los poblados se situaban en partes altas apropiadas para ejercer vigilancia y facilitar la defensa, pero, esto no fue regla inflexible, también los hubo en los valles y las mesetas.  El Aldea se componía de grupos de bohíos circulares con techo cónico. El agua llegaba hasta ellos a través de una red de canales y era usada para el aseo personal, lavado de ropas, los alimentos y agricultura.

“En cada poblado existía un jefe principal o cacique, al cual respetaban y obedecían todos los miembros del clan. “Los cronistas mencionan a un gran cacique, Guanentá, como ese jefe mayor al que todos pueblos y sus caciques locales lo tenían como cabeza indiscutida de la autoridad étnica”.  Está comprobada  la existencia de los capitanes, autoridades con un poder intermedio. “Es probable que en el Siglo XVI se estuviera gestando un tipo de organización social jerarquizada similar a la que ya existía entre los Muisca, pero aún no se había llegado a su consolidación”. No fue posible nunca ya que después vino la esclavitud y la desaparición de la raza Guane.

“Los Guane estaban organizados en linajes matrilineales exógamos. La herencia de los cacicazgos se hacia de tío a sobrino hijo de hermana”. Su acenso al poder estaba rodeado de rituales a los que asistía toda la totalidad de la comunidad e invitados especiales y sus colegas de otras aldeas. Duraba varios días de fiestas y consumo de alimentos y bebidas fermentadas era en cantidades impresionantes, además se daba curso a los protocolos políticos como el “reconocimiento” como autoridad legítima. “Las mujeres eran las responsables de la preparación y distribución de los alimentos”.

 Los Guane no usaron dinero nunca y supieran que existía hasta que los españoles llegaron. “Los capitanes y caciques recibían tributo en forma de especie como contraprestación al cumplimiento de una serie de funciones de índole económica, social y militar que estos desempeñaban.  En cada pueblo Guane la comunidad le construía al cacique sus bohíos, le labraba sus tierras y entregaba presas de cacería y mantas”. Los nativos se turnaban para prestar su servicio laboral gratuito al cacique según el oficio que cada uno de ellos tuviera dentro de la comunidad; agricultor, tejedor, ceramista, etc...

 “Los muchachos que habían de suceder a los caciques eran preparados desde los quince o dieciséis años y sometidos a un cuidadoso entrenamiento. Se tomaba en cuenta su valor y su capacidad de dominio sobre sí mismos para efectuar la elección del sucesor definitivo”. Tener un cacique intelectualmente  bien enterado era de importancia para el grupo. Su capacidad física y  otras destrezas como el manejo de las armas, eran otras exigencias de la preparación del futuro mandatario.
Representación artística de un mercado Guane
 
“La ceremonia de sucesión de los cacicazgos estaban revestidas de gran pompa y representaban uno de los eventos más solemnes y de mayor importancia” Los caciques Guane utilizaron gran cantidad de adornos entre los que habían de oro durante ceremonias como la de su consagración. Había actos políticos, sociales y religiosos  debidamente programados y según sus costumbres ancestrales variaban de siglo en siglo muy poco.

Los hallazgos de piezas orfebres en Santander son relativamente escasos.  El estilo y técnicas metalúrgicas de esta región Guane son aún poco conocidos.  Los Guane no conocieron el hierro y en el uso del cobre hay pocos que revelen su uso. “Todas las herramientas y armas eran de piedra o madera duraSe conocen ejemplos de volantes de huso con decoraciones incisa, cantos rodados con incisiones formando mallas y motivos zoomorfos estilizados y placas de piedra colgantes pulidas”.

Los Guane no tenían pueblos que concentraran gran cantidad de habitantes. Sus bohíos se disponían en pequeñas cantidades de viviendas familiares y el total de súbitos de un cacique vivían dispersos en el campo vecino. Los Guane no conocieron animales de carga ni especies mayores antes de la llegada de los españoles. El más grande de los mamíferos que habitó en estas comarcas fue el venado. Las cacerías y la pesca eran comunitarias.  En cada vivienda había una cocina comunitaria de leña  hecha con tres piedras y  ollas de barro.  

Los criaderos de hormigas culonas eran unifamiliares y las tierras para cultivar las distribuía  el cacique entre grupos. Todos trabajaban, hombres y  mujeres, quienes de igual forma aportaban para el sostenimiento del hogar. La llegada y establecimiento de los españoles acabó con  las costumbres milenarias, al implantar a sangre y fuego otras formas políticas. Así murió la labor comunitaria para darle paso el egoísmo que engendra el oro y riqueza monetaria.

martes, 22 de noviembre de 2011

Textiles Guane valían oro

 El descubrimiento de las tierras de los Guane tiene su nacimiento en el hallazgo hecho por los españoles de unas mantas finas, tejidas por estos indígenas. En1556 la expedición encabezada por Gonzalo Jiménez de Quesada se encontró con algunos bohíos  que los nativos utilizaban como depósitos  de sal de excelente calidad y mantas tejidas con finos diseños pintados. El detallado examen de estos dos productos convenció a Jiménez de Quesada de Dejar El Río de la magdalena y tomar la arisca ruta montaña arriba, para explorar el altiplano de donde provenían y conocer a sus habitantes que lo llenaron de curiosidad.

Textil Guane Los Santos
Casi todos los cronistas de la época comentan la alta calidad de las mantas elaborada por Guane. Los soldados de Jiménez de Quesada no tuvieron inconveniente en vestirse con ellas. Se sintieron muy cómodos. Su valor era tal en poco tiempo se consintieron en uno de los principales artículos de tributo durante la primera parte del período colonial.  “Eran textiles de alta calidad, con bellos diseños que dejaron impresionados ayer a los españoles y hoy a los antropólogos e historiadores por la finura de sus tejidos”.

Mientras para los españoles los entierros Guane era cosa del infierno, a nuestros ancestros sirvieron para perpetuar su memoria. “Por fortuna la comunidad Guane tenían la costumbre de momificar o disecar algunos de sus muertos para depositarlos en cuevas secas, envueltos en mantas”, son consideraciones de los expertos. La mayoría de los textiles que hoy forman las colecciones de los museos se descubrieron durante el siglo 20 en cuevas casi inaccesibles ubicadas en el sector rural del municipio de Los Santos.

El historiador, Mario Acevedo, describió que. “las momias estaban siempre envueltas en dos mantas; Una fina de conformidad con la importancia del difunto y un tejido burdo de fique como un costal que formaba la envoltura exterior”. Los primeros textiles y momias llegadas al Museo Casa de Bolívar en 1988 así lo confirmaron. Lugo hubo otros nuevos hallazgos son calificados de,  “especial importancia por la gama de prendas que abarcan y por la altísima calidad”. Buena cantidad de muestras de tejidos se perdieron para siempre cuando cayeron en manos de guaqueros y aventureros.

La edad de las telas de Los Santos fue precisada a través de análisis de carbono 14. Los resultados del laboratorio Holandés que hizo los análisis, indican que las muestras vistas datan  del siglo XI hasta el siglo XVI después de Cristo.  Pueden existir tejidos más antiguos, hecho que marca la tradición textilera Guane, con perfecta continuidad en técnica y diseño, durante un período de unos quinientos años. Hasta ahora no ha sido posible diferenciar las telas más recientes de las más antiguas, pero es obvio que deben existir. Esta será tarea para los antropólogos de los próximos años.

No se conocen, en el momento, textiles del período anterior o pre-guane. En este contexto, es sugestiva la fecha de 625 ± 160 d.C. para la momia del Museo Casa de Bolívar no. G-194. Estos restos fueron estudiados hace poco por Gonzalo Correal e Iván Florez  y los resultados de la investigación publicados con despliegue en la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, vol. 18, no. 70, mayo, 1992”.

La variedad y versatilidad de los tejidos Guane es muy amplia. Había nativos que se llevaban toda la vida tejiendo desde que apuntaba el sol hasta que se escondía y así obtenían práctica y rapidez insuperable. Hay  mantas de diferente tamaño y otras más pequeñas que usaban de diferente forma. Además de vestido y envoltura de sus muertos como una esencie de pañales para los bebés, toallas, etc. “En la producción de mallas y hamacas, sobresalieron destacadamente de otras etnias como los muiscas que también las producían”.
Mochila Tejido Guane

Roberto Lleras, Antropólogo de la Universidad de los Andes, 1978, Master of Arts de la Universidad de Bradford, sobre este tema señaló: “Además de las mantas de algodón, de las cuales se han conservado varios ejemplares, los Guane manufacturaron gorros y mochilas en algodón y fique. Los tejidos conservados muestran un gran dominio de las técnicas de hilado y tejido. La decoración pintada se hacía mediante pinceles y estampando directamente sobre la tela ya tejida”.

Los Guane no solo se limitaron al algodón y el fique,  también utilizaron fibras vegetales extraídas de la ceiba  para utilizarla sola o mezclada y con el pelo humano originaron pelucas y gorros. En otro tipo de tejidos que eran prácticamente insuperables era en los lazos y cordeles. Todos sabemos que los Guane eran constructores de caminos y de puentes. 

Para levantar las pasaderas había necesidad de largos y gruesos lazos capaces de atravesar los ríos y suficientes para sostener propio peso y el de los nativos y sus cargamentos que normalmente llevaban a las espaldas amarrados con pretales que ellos procesaban. “Basta imaginarnos los puentes colgantes sobre el río Chicamocha, para darnos una idea del trabajo que estas obras reclamaban...”.

En la cestería, arte de hacer recipientes y canastos de todo tipo los Guane no se quedaban atrás. Tejiendo fibras y bejucos de diferente grosor y textura elaboraban centenares de elementos de uso diario. Para ello aprovechaban desde cañas bravas hasta fibras considerablemente suaves. La labor era dispendiosa y reclamaba toda la concentración del operario. Su utilización, hasta nuestros días,  ha sido variadísima para recolectar cosechas, traer y llevar mercancías, etc.
Manta Guane algodón
 
Algunos investigadores afirman que este grupo humano, origen del pueblo santandereano,  utilizó telares verticales y agujas de madera y hueso. Para realizar los tejidos y mallas usaron la técnica “anudadas”, fueron decoradas con estampados para lo que disponían de rodillos de manera y piedra o  lo lograban tejiendo hilos de colores. “Las mantas jugaron un papel importante en la vida cotidiana y las diversas ceremonias de la comunidad”.

 El primer textil de la comunidad Guane  fue descubierto en una antigua cueva indígena, ubicada en la Mesa de los Santos, durante la década de los treinta en el siglo XX. En 1940 el investigador y arqueólogo alemán, Justus Wolfran Schottellius, despertó no solo el interés cultural sino el sentimiento de afecto al pueblo Guane. Nuestra historia antes de este erudito comenzaba a refundirse entre los relatos de los cronistas de Indias y viejos archivos que nadie consultaba. Martín Carvajal y Mario Acevedo Díaz, en aquella época exploraron numerosas cuevas, algunas de ellas permanecen intactas.

Desde el momento en que se tiene la certeza de que le etnia Guane era un pueblo diferente a sus vecinos, muchos razonamientos han enriquecido su existencia y enorgullecido a sus sucesores, los santandereanos. El tejido de mantas fue uno de las bases económicas de este pueblo y como lo advierte el investigador, “El desarrollo textil Guane fue la base de la industria textilería Santandereana que floreció a lo largo de la Colonia y decayó durante la República

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La buena cara del Guane

Hoy los habitantes del mundo tenemos pruebas científicas y no acertijos, de cómo era el rosto de los ancestros de los santandereanos, el pueblo guane. Se trata de la reconstrucción de de la cabeza, (rostro, cráneo y torso),  hecha utilizando los más modernas tecnologías. “La labor de reconstrucción tomó dos meses y varios millones de pesos”. La calavera utilizada fue obtenida luego del descubrimiento de la tumba del cacique Guanentá en el municipio de Los Santos en el año 2010.  El historiador, atropólogo, artista y cientifico, además de abogado, responsable de este avance cultural se llama Alejandro Navas Corona.
Aljandro Navas Coronado

El diario colombiano El Espectador sobre el tema publicó que Coronado se basó en el principio de, “Dame una calavera y te diré cómo eras”. Además de lo anterior, otros comentariasta del hecho cientifico adevierten que, “fue importante el entusiasmo personal, sus concimiento sobre la etnia y la certeza de que  la historia que se estaba enseñando carecía de pureza  y que estaba salpicada de errores que inducían a severas distorciones culturales y maltrato a la momoria Guane. Hoy se le imprime a la verdad histórica santandereana una nueva orientaciòn”.

El periodista,  Pastor Viviescas Gómez, escribió que fue, “Una misión al estilo Harrison Ford, pero esta vez no rodada en los estudios de Hollywood sino en la agreste topografía de la Cordillera Oriental, la cual le permitió a este abogado e historiador mostrar por primera vez, echando mano a herramientas científicas, la cara de esos bravíos aborígenes que habitaron estas breñas. De la misma forma el comunicador enfatizó que “A Alejandro Navas Corona lo llevó a adentrarse en las penumbras de la historia y revelar el aspecto facial que tenían los primeros habitantes de Santander, los guanes muchos motivos, especialmente el de hacer justicia a lo que fueron”.

Aqui vuelve y se repite el adagio de que solamente quienes logran salirse de la rutina de la vida, con una meta fija y no temen a la critica, alcanzará objetivos que parecían imposibles o simples locuras. “Dedicarse a esas descabelladas tareas es lo que le permitió no solamente hallar la tumba del cacique Guanentá en la vereda El Pozo, sino tener en sus manos la calavera del guerrero que lo desvelaría”.  La calavera del principe Guane se descubrió a principios del año 2010 en una caverna de imposible acceso, para el comùn de los mortales,  ubicadas sobre los  magestuosos farallones que miran hacia el río Chicamocha desde la Mesa de Xerira o Los Santos.

“El acceso fue sumamente complicado al tener que emplear no sólo cuerdas para el descenso sobre la pared rocosa, sino también porque se debe hacer una travesía imposible de apuntalar, por un sendero de poco más de 80 centímetros , abajo, decenas de metros de caída, (algunos expertos  dicen es de 500 metros). El cráneo se encontró con restos óseos de otros cuatro guerreros de la etnia Guane, muy cerca de la tumba del cacique, en una grieta natural de la roca, de escasos cinco metros de profundidad por un metro de ancho y un metro de alto”.

Tomaron parte en el descubrimiento del verdadero rostro del hombre guane,  varios profesionales especializados entre ellos Martín David Acevedo, la antropóloga forense, Francia Viviana Soto Montes; la odontóloga forense María Inés Ramírez Corzo (ambas con la pericia de la Fiscalía General) y el apoyo logístico en proceso de vaciado y trabajo en fibra de vidrio de Javier. El entusiasmo de quienes estaban usando la ciencia moderna para despejar errores en la historia santandereana fue total, “...se pusieron manos a la obra y no pararon hasta terminar la acción acometida.... La labor de reconstrucción tomó dos meses e implicó un meticuloso proceso de restauración dental y ósea, hasta llegar al “arte final” necesario para darle luz al rostro y al torso.

Proceso de recupración del rostro Guane

 Hoy existe la imagen real un individuo de aproximadamente 25 años de edad, de patrón racial mongoloide, contextura robusta con deformación intencional craneal en frontal y occipital.  Indudablemente, los Guane, los ancestros santandereanos maltrados hasta su desaparición, fueron indígenas de “buen parecer”. Al retornar a la vieja historia escrita por Fray Simón en la conquista deja claro que,  “eran indios de buenas caras, más blancos que colorados, de nariz aguileña, distintos a los muiscas, que tenían la nariz bastante achatada, y los ojos un tanto oblicuos”.

Son escasas las referencias que se tienen acerca del aspecto morfológico de los Guanes, por lo que es fundamental lo que se acaba der hacer a un lado esa ausencia informativa. Más adelante, los Guane, fueron definidos por investigadores como un grupo caucasoide o blanco, con nariz angosta y prominente, rostro perfilado y de órbitas altas.

Rápidos detalles de la reconstrucciòn del rosto y el torno, señalan que, “En el caso del cráneo del cacique Guanentá fue necesario implantar dientes sintéticos, que fueron claves para recuperar los detalles de la boca y el rostro que permitieron la elaboración de la escultura. Lo primero que hicieron los estudiosos fue obtener una copia del cráneo en yeso, para después reconstruir los principales músculos faciales , luego se aplicaron capas para recubrir la bóveda craneana y el rostro partiendo del tamaño, la profundidad y la forma de las órbitas oculares se develan cómo fueron los ojos y pómulos del cacique...”.

Ahora se tiene un retrato materializado, enfocado a convertirse en un nuevo símbolo santandereano, que regirá la fisonomía del Guane tan dispersa por la imaginación y tan limitada por las descripciones históricas. Es posible dejar de debatir situaciones tan lamentables como la del parque principal de Floridablanca. Aqui, un escultor y una familia adinerada,  que no tenían donde colocar la estatua de un indio en guayuco y en gesto violento, se la regalaron al municipio. Con toda la facilidad el mundo y teniendo en cuenta que la ignorancia es atrevida, le pusieron una placa afirmando que era el Cacique Chanchón. “Es una grocería atroz pretender  divulgar al Guane en guayuco y darle un  aspecto violento y salvaje. Es un insulto a los ancestros santandereanos que no tiene perdón de Dios ni de los hombres.”

Nota: . En el libro “Entre rostros y tumbas”, están todos los detalles de este avance histórico atropológico.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Despejando sombras de los Guane

Guane en su ambiente
La historia de los ancestros santandereanos tiene algunas etapas oscuras. Altibajos que no han sido posible aclarar con plena certeza por parte de los estudiosos de este pueblo de avanzada cultura para la época en que arribaron los españoles. Muy poco se sabe de qué y cómo lo hicieron su vida entre los años 1627, cuando se ordena la formación de los resguardos arbitrarios  y 1800 cuando ya se han extinguido estas comunidades ancestrales. Son épocas sombrías para la Cultura Guane.

Algunos investigadores han buscado darle luz con hipótesis y deducciones. “…aún no parece estar claro si el aborigen se mezcló con la población española o si por el contrario se mantuvo aislada de ésta. Notandas las deficiencias en la investigación y las dudas planteadas, nació la inquietud de esclarecer lo que realmente sucedió con los indígenas conocidos como Guane…” 

La antropóloga, Aydee Riveros, en un trabajo publicado en julio del 2011 precisa que, “La mayoría de los pueblos indígenas de nuestro país carecen de estudios completos que aclaren su historia, esto debido a lo insuficiente de ciertos elementos tales como documentos y materiales arqueológicos.  Para el caso concreto de los Guane los vacíos o lagunas presentados no se deben a la escasez de documentos en archivos, ni a la falta de evidencias arqueológicas, sino a una confusión transmitida por la mayoría de las antiguas crónicas, que han influido notablemente sobre los actuales investigadores algunos de los cuales identifican a los indígenas Guane con los conocidos como Muiscas”.

Los Guane fueron reconocidos como Muiscas por algunos Autores como Restrepo  en el año 1972, Hernández en 1978, Jiménez de Muñoz en 1946. Esto investigadores contribuyeron a confusión reinante. Hay escritos de algunos cronistas que equiparán a los Muiscas con los Guane, pero no los entroncan. A estas versiones se contraponen otros intelectuales, como  Piedrahita 1973, quienes dan la razón a quienes los  argumentan como grupos independientes. Los Guane fueron vecinos y amigos de los Muiscas, tenían entre los dos pueblos  buenas relaciones pero no eran de la misma familia.
La investigación titulada “El Cronicón Solariego” de Otero D’Costa 1922, que está dedicada a explicar la historia de la ciudad de Bucaramanga identifica a los Guane como un grupo independiente al Muisca. La investigación abarca cronológicamente lo sucedido en las tierras que ocupa hoy la ciudad de Bucaramanga. Se remonta a la época del descubrimiento de esas tierras, habla de sus ocupantes y trata la temprana desaparición de sus resguardos…”  Los historiadores, antropólogos y otros especialistas  modernos,  “...dan por  aceptando y como un hecho real el que los Guane fueron un pueblo diferente al Muisca”.

Una inquietud fundamental tiene que ver a “…cómo respondieron los Guane a la política colonizadora española que obligó no solo a un cambio en la organización Sscial indígena, sino que determinó la configuración de un nuevo sistema de valores centrado esencialmente en la inter-relación del español y el aborigen”. Indudablemente que la verdad está ahí, latente, escondida, solo espera  que la saquen a flote quienes analizan y estructuran la historia con imparcialidad y respeto al nativo Guane y no con el sometimiento a todo lo que huela a español.

Riveros precisa  que, “…a lo largo de la elaboración de su trabajo se consultaron diversos tipos de investigaciones entre ellas las antiguas crónicas, las fuentes históricas y los estudios arqueológicos... Este acervo presenta diferentes enfoques, los cuales van a ser organizados y contrastados a fin de lograr una visión más amplia y coherente sobre la realidad que vivieron los indígenas Guane...” Hay inquietud por limpiar la imagen de los Guane enseñada irresponsablemente en las escuelas al señalar al ancestro santandereano como una persona de estatura baja, ladrón, antropófago, degradado por el alcohol y vago entre otros epítetos.

En la actualidad el departamento de Santander aparece dentro de las estadísticas latinoamericanas como una de las regiones con mayor densidad de su población blanca. Hay que tener en cuenta que los Guane eran de raza blanca, de belleza y gracia postura, con una estatura algo superior a un metro setenta centímetros para los hombres, característica no vista en otras tribus que vivieron en la misma época de la brutal conquista. Los españoles que arribaron posiblemente eran también blancos.

Nueva población
Hay afirmaciones de organismos internacionales donde se testifica  que en la región de Santander, es donde se habla con mayor pureza el idioma castellano, inclusive, por encima de varias comarcas de la misma España. ¿Tiene estas realidades modernas relación directa con  los Guane? Los cronistas españoles de la conquista se encargaron de reconocer la habilidad de los nativos para aprender el nuevo idioma y en un tiempo relativamente corto hablarlo mejor que ciertos pueblos de España.

La imposición y exigencia de los servicios personales sobre el Indígena tuvo ocurrencia a pesar de las prohibiciones de las Corona. Es esta época de la esclavitud cuando la vida del Guane entre en una etapa de silencio. En este servicio personal fueron secuestradas centenares de mujeres y los niños nativos para satisfacer apetitos de los nobles españoles.  “… los encomenderos dieron rienda suelta sus instintos sexuales y tomaron mujeres Guane que mantenían,  en algunos casos abiertamente y en la mayoría a escondidas. Accedían a las mujeres a las buenas o a las malas peor que animales salvajes... 

Los nativos Guane hicieron un gran esfuerzo para presentar  sus quejas a las autoridades españolas. “…nosotros estamos cansados y fatigados de los servicios personales  que han abarcado a ellos, sus mujeres e hijos…”. Hay información en el sentido que hubo necesidad de algunas disposiciones reales que obligaban a los españoles a traer a América a sus mujeres de España. Por eso también hubo necesidad de separar las habitaciones de los españoles de las rancherías de indios, etc. Fue tiempo perdido. Para 1800 ya se había extinguido el pueblo Guane.

Los antropólogos e historiadores nuevos quieren llegar al pleno conocimiento de cómo se produjo el mestizaje, cómo surgió a la realidad el pueblo santandereano.  Sin sombras y dudas. ¿Qué proporción hubo de genes Guane y españoles entre los criollos y ahora con los santandereanos?  Sobre la realidad actual de la raza santandereana, en lo atienen ser mayoríta blanca y pulcritud en el lenguaje español. ¿Qué tanto aportaron los Guane? Merece la pena rescatar la importancia de este pueblo sobresaliente.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Veneros auríferos y humano Guane

En 1551 los exploradores detectaron mucho oro en los ríos Lebrija, Suratá y Río de Oro. Con el descubrimiento de los arenales auríferos se aceleraron muchos cambios y comenzó la colonización en el valle del río de Oro hasta la región que hoy son Bucaramanga y Girón. Los nativos que muy poco sabían del nuevo oficio, pues en su mayoría eran artesanos como tejedores, alfareros, cesteros y agricultores fueron llevadas a la fuerza para integrar cuadrillas de lavadores de oro.

Los ultimos Guanes sacaron oro
En la nueva zona de colonización fueron concentrados nativos oriundos de Pamplona, Vélez y poblaciones intermedias como de toda la comarca Guane. Ese mismo año, curas de la orden de Santo Domingo, “empezaron la evangelización”. Construyeron un templo pajizo al lado de la desembocadura de la quebrada, que más tarde  se llamó “Quebrada de La Iglesia”.  Más que por la fe cristiana  los ibéricos procedían por la avaricia. La religión servía para justificar desafueros. Los enfrentamientos entre los amos de Pamplona y de Vélez no fueron pocos.

“La segunda mitad del siglo XVI y el comienzo del siglo XVII, se caracterizó por la penetración violenta española dentro del territorio del pueblo Guane”. Las sucesivas matanzas de nativos Guane  comenzó a diezmar esta población de la que existen registros  era más de 200 mil seres humanos. Se generaron las primeras “reparticiones” que desembocaron en la esclavitud más cruel y cerrada. El dominio y control de las sociedades indígenas le permitió a los españoles, durante las primeras décadas de convivencia, realizar su sueño de rápida fortuna y satisfacción de su delirio de poder y mando.

Con la revelación de la existencia de oro a la vista, la despertó con mayor fuerza la voracidad de riqueza a los amos. De esa forma diseñaron el sistema discriminatorio de “los aposentos de los encomenderos y las rancherías de los indígenas y esclavos”. En otras palabras, pueblos para indios y pueblos para españoles. Esta forma de “civilización”, dieron origen el primer poblamiento de la comarca. Girón era un pueblo para los señores y Bucaramanga una ranchería para indios. Girón tenía amoblamiento urbano  y Bucaramanga carecía de todo.

Nativos Guane
El capitán Ortún de Velasco, fue el primero que trasteo con los indios de su encomienda de Guaca y  su estancia de Bucarica a las rancherías de las zonas auríferas. Este ejemplo lo siguieron los restantes encomenderos que tenían nativos sometidos a sangre y fuego a realizar trabajos forzados sin ninguna clase de paga ni atención sanitaria. La nativas fueron inducidas al servicio doméstico y el uso y abuso sexual de sus amos sin ninguna clase de control. Toda norma para defender al nativo, al Guane, era letra muerta y la  esclavitud se practicaba porque de ella se desprendían beneficios  económicos para los “Señores”.

“Cuadrillas de esclavos negros extraían del Real de Minas el oro de socavón de las vetas y cuadrillas de nativos y mestizos mazamorreros sacaban el oro de aluvión por cateo y lavado de las arenas auríferas de los ríos”. En los primeros años de explotación del venero aurífero del Río de Oro trabajaban 2.500 indios. La mayor parte de ellos eran Guane.
El tratamiento que recibían los indios, desadaptados en sus oficios y sin familia,  transplantados a la fuerza a otras regiones muy diferentes a las de su origen, sin alimentos adecuados y carentes de medicamentos, comenzó a fomentar inquietudes y malestar al punto que estalló la revuelta”.


Lavando arena
En las rancherías, poco antes de fundar a  Bucaramanga, estaban concentrados en un total revoltijo humano los nativos de Bucaramanga, Pamplona, Cácota, con indios traídos de las encomiendas de Guaca, Bucarica y Jériras. Familias indigenas de Butarega, Chimitá, Chocoa, Guanentá, Suratoque y Zapamanga.  Estos indios pertenecían a las etnias guane y chitarera. De Venezuela había una cantidad importante. Algunos historiadores consideran que esta revuelta, “… fue la primera huelga de obreros para reclamar de sus patronos mejores condiciones de vida…”. La huelga fue sofocada en forma violentísima por parte de los encomenderos quienes hicieron un gran  despliegue de barbarie y brutalidad.

“…luego de esos episodios históricos la actividad minera entro en franca decadencia rápidamente por agotamiento. Los ríos de la zona perdieron su abundancia. El declive aurífero del Río de Oro y las otras vertientes vecinas fue irreversible… Ya nunca se volvió a hacer la explotación minera con la abundancia de un principio, la naturaleza se negó categóricamente a seguir alimentando la avaricia de los señores de España y el dolor y la penuria de los nativos”. En los municipios de Vetas y California, alto de la cordillera oriental aún subsiste la explotación de oro. “… en los ríos ni por equivocación se encuentra una pepita de oro”.

A comienzos del siglo XVII arrancó la crisis del oro. La producción de oro en la regional pasó de 80.000 pesos anuales para la década 1610 -1620 a 30.000 en la siguiente. Ya en el año 1634/35 no pasó de dos mil pesos. La presencia de mano de obra gratuita e indígena en 1.602 solo era 200 de  lavadores en el Río de Oro y para el año 1634 solo quedaban unos 60.  “...pese a las reiteradas solicitudes que hicieron los mineros españoles para comprar esclavos, estas nunca fueron atendidas por lo que en 1623 solo contabilizaban 64 nativos esclavizados…”

Esta etapa de la esclavitud del pueblo Guane lo llevó a su desaparición como aconteció con el oro de la comarca y los veneros que parecían inagotables dejaron de existir. Murió la cultura de los ancestros santandereanos a manos de  hombres inconscientes e insensatos, saturados de avaricia  y afán de enriquecimiento a costa del trabajo, el hambre, la enfermedad y el sufrimiento de los Guane y demás nativos de los nativos que vivieron ancestralmente entre Vélez y Pamplona.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Viaje Guane al más allá…


En algunos los documentos de archivo se encuentran rigurosas prohibiciones coloniales tocantes a los cantos y borracheras con que los Guane enterraban a sus muertos. Eran celebraciones ruidosas, acompañadas de chicha del más elevado nivel de fermento. Algunos historiadores  creen que, comparativamente con los tiempos actuales, deben corresponder este comportamiento social a los  funeral que los campesino practican en algunas zonas de Santander para despedir a sus amigos o familiares.

Músicos en la tumba del Cacique Guanentá
Es llamado “Novenario Campesino”. Tanto en la época precolombina como hoy, la última noche del funeral es diferente a las anteriores. Cierran los actos del sepelio e inhumación con una comilona bien acompañada, “trancada”, de chicha, el licor favorito de los Guane. En las honras fúnebres entonaban canciones lúgubres que para los españoles sonaban espantosas, tonadas que servían como fondo a sus bailes y danzas y otras expresiones.  “Se hablaba del muerto todo el tiempo para destacar sus  cosas buenas y ejemplarizantes, normalmente las malas las tapaban”.

“Los cantos fúnebres fueran considerados por los doctrineros y demás autoridades españoles, como cantos demoníacos que debían ser prohibidos y erradicados con promesa de violentos castigos para quien reincidiera…”  Estas costumbres eran legendarias de pueblo Guane.  Algunos historiadores creen que fue uno de los golpes más rudos asestados a la cultura milenaria de nuestros ancestros.Los Guane habitaron desde el 920 a.C hasta el 1600 d.C. aproximadamente repitiendo sus ritos y costumbres”.

Entre los ritos realizados a sus muertos, se evidencia en las excavaciones y exploraciones hechas recientemente, aparece un  complicado trabajo postmortum. “Los cuerpos eran momificados y acompañados de un buen número de implementos de su vida cotidiana…”,  escribió el antropólogo Shottelius en el año de 1946. Los Guane eran los únicos nativos de las tierras que hoy con Colombia, que “momificaban” a sus muertos y a los cuerpos le eran aplicadas diferentes formulas para evitar la descomposición  según la importancia del personaje y la temporada climática en que había muerto.

Flechas y lanzas clavas en tierra
Los Guane elaboraron para sus difuntos, diferentes tipos de tumbas, entre ellas las llamadas hoy de cámara lateral que eran utilizadas para entierros primarios. Pasado algún tiempo del entierro primero, el cuerpo se volvia a sacar para llevarlo al lugar definitivo n un segundo entierro. El difunto era acompañado por utensilios de cerámica tanto ceremonial como de aparente uso doméstico. “El pororo repleto de cal y coca nunca faltaba”.  Según la creencia de los Guane, la cal y la coca las iban a necesitar los muertos para aliviar el viaje al más allá, que según relatan era en un largo camino. Era una vasija pequeña de cerámica o de madera que se colgaban al cuello por delante.  Con saliva remojaban la cal que servia para extraer el alcaloide de la coca. Existen otras de cámara lateral doble.

Los Guane practicaban usaban en el entierro secundario urnas funerarias muy trabajadas que en ocasiones eran decoradas con figuras antropomorfas.  No es lo más usual, pero existe la prueba en Lebrija donde hallaron urnas adornadas con objetos de oro.  El rito funerario concluía con la siembra de un árbol sobre la sepultura. Este árbol representaba un elemento místico de gran importancia Guane.

“…cada cacique debía ser enterrado con una gran ceremonia. Los sacerdotes le daban cierto cocimiento su cuerpo para dejarlo tostado, lo pintaban, adornaban con todas sus joyas y lo envolvían en mantas... El muerto permanecía en su casa durante varias semanas por lo que le prestaban mucha atención a la labor del tratamiento del cuerpo.  Todos venían su casa a contemplarlo y a oír contar sus hazañas...”.

El día del entierro había  un cortejo hacia lugar preparado para  inhumar el cadáver del cacique. Los jefes amigos arribaban de diferentes regiones lo mejor ataviados posible.  “…Las esposas del cacique llevaban sus armas, su bastón de mando y su poporo de oro, bien lleno de cal para que pudiera masticar coca por mucho tiempo... llevaban vasijas llenas de comida y chicha, entre ellos porciones de lo que más le gustaba al difunto y le traían sus amigos y dolientes...”  Las esposas del señor tenían conciencia de lo importante que era acompañar al muerto en su viaje eterno. Ninguna esposa  reclamaba ni trataba de huir por lo que iba a suceder más adelante… El cacique era enterrado con sus esposas y esclavos preferidos para tener así todo lo necesario en la otra vida que lo esperaba después de la muerte”.

Entrada a la tumba del cacique

De la Tumba del Cacique  Guanentá se relata:En una cueva de más de 25 metros de recorrido, oculta entre los peñascos del Cañón del Chicamocha al sur occidente de la Mesa de los Santos, habría descansado por casi 500 años, el cacique Guanentá, gran jefe de los Guane…” Hay que tener agallas y temple de acero para meterse por entre los bordes de los peñascos portentosos del Chicamocha. Un viejo cabrero revela: “….antes de 1939, recuerdo con exactitud que en las fisuras de la cueva, que son muy altas, había zarzos donde se podía caminar y que las momias estaban acomodadas en hileras…Ya no hay ni sombras de ese camino”.

Hay un sector donde tienes que entrar arrastrado. La recompensa, si falla es un abismo vertical de 500 metros. “Que una persona  llegue a los Santos  trate de busque la tumba es difícil que la encuentre porque está en medio del precipicio. Solo hay un camino muy angosto, de pocos centímetros y muy resbaladizo con 40 metros de largo, luego una fisura en la roca…esa es la entrada”.

“Lo que vio el antropólogo, Alejandro Navas Corona, lo han visto muy pocos… Después de dos años de intentos,  al entrar, vio los restos de un indio sentado en posición de ataque con un garrote y flechas. En seguida los restos de cinco mujeres y un niño. Un hueco donde, al final, había en una piedra cuatro guerreros sentados, flechas clavadas en la tierra y lanzas de más de cuatro metros.  En otra cámara había ocho personas envueltas en telas, con maracas, pitos y trompetas de hueso y luego otro grupo de ocho donde había dos niños”. Había ollas, morteros de piedra para moler, tusas de maíz y collares.

Trataron de llegar hasta el Gran Guane, pero hallaron que una tela dura, como encerada, que cuando quisieron levantarla se desfondó. “Del cuerpo del muerto principal no hay evidencias porque hasta el cráneo se lo llevaron”. Un campesino que había estado allí a mediados del siglo pasado dijo que él lo había visto, “estaba arropado, que tenía terciada una mochila negra hecha en hilo de algodón encerado que contenía un poporo con cal y otras dos totumas con coca y veneno, respectivamente. También un chupador y dos caritas talladas como si fueran talismanes”. Supieron que era veneno porque la dieron a un perro y el animal murió a los pocos segundos. La tradición Guane para con sus muertos como era originalmente, desapareció.

jueves, 3 de noviembre de 2011

La encomienda y los Guane


 Vino después de tantas  instituciones y normas desastrosas para el nativo, el régimen de “las encomiendas”, que para los colonos era una simple institución para aprovecharse del indio. Había nacido este sistema humillante en las Antillas en 1503 y  como favorecía al dominio de la Real Corona, se explayó pronto por toda la América sometida. Hubo  resistencia por parte de los naturales, como en el caso los Guane, pero de nada sirvió. Fue impuesta una nueva injusticia y atropello de derechos de los nativos.


Ecomendero somete nativos
 Las encomiendas era simplemente, con fuerza de ley, actuar para colocar bajo la autoridad absoluta de un español a un determinado número de pueblos o tribus indígenas.  El fin, según la oscura norma que las reglamentaba, era proporcionarles educación cristiana, que poco le interesaba a muchos indígenas, a cambio del trabajo personal sin remuneración ni descanso. “Tenían que aceptar a la fuerza lo que no les interesaba como enseñanza o conocimiento, consentir  los trabajos forzados asignados y el pago de un tributo.

“Los encomenderos debían obligarse, bajo juramento, a tratar con benignidad a los naturales a quienes debían proveer de curas doctrineros y a quienes debían suministrar todo lo necesario para el culto divino”. Hay que tener en cuenta que el principal elemento de comunicación de los españoles para con  los indios, fue el “látigo” y la “fusta” los mismos con que se arriaba a los caballos y las mulas. La benignidad la entendían los españoles como necesidad de aplicarle, “azotes porque si y azotes porque no”.

Las encomiendas fueron todo el tiempo entidades administrativas a favor y provecho de los españoles, a pesar que el texto decía lo contrario. Los encomenderos comprendían que las tierras seguían siendo propiedad de los indígenas y no de ellos, pero no admitían ni a nombre del Dios que decían enseñar  que debían devolverlas a sus dueños legítimos. Según el contenido de la disposición real, “el encomendero no era amo o señor de sus encomendados y no podía ejercer sobre ellos autoridad civil ni penal”.


Encomendero patea  nativo cargado
 A la hora de  verdades, las encomiendas no fueron sino instrumentos a beneficio del español, para ir paulatinamente desposeyendo a los indígenas y convirtiéndolos de autónomos de su cultura propia, en esclavos de de los españoles.  “Ya como trabajadores de los encomenderos, ya pagando a éstos impuestos excesivos o estuvieran como fuera,  éstos siempre llevaban  las de perder”.

La actitud de doble moral de los españoles, “…provocaron no pocas revueltas de los naturales, en las  que la mayor parte de las veces y por muchas ocasiones castigaba al nativo con nuevos tributos su supuesta indolencia al reclamar tratamiento de seres humanos…” Entre esas revueltas está las de los lavadores del Río de Oro, la que es considerada el primer paro de trabajadores en Colombia. El indio, particularmente el Guane, se resignaba a la potestad absoluta de sus amos para no empeorar su situación.

Las obligaciones impuestas por los encomenderos al cacique y su tribu eran exageradas,  en otras palabras, trabajaban en exclusiva para el encomendero con detrimento de su propia familia. El catálogo de impuestos era agobiante. Los encomenderos llevaban una vida principesca llena de lujos a cargo del nativo. Fueron muy  contados los que no se excedieron contra los empobrecidos Guane en detrimento del bienestar económico, moral y cultural de sus encomendados. Muchos indios huyeron conde pudieran evadir sus impuestos y trabajar para su familia. Se llegó a esclvizar a la mujer guane para uso sexual del encomendero y sus hijos o para sus mujeres como servidumbre sin sueldo ni medicamentos.


Las encomiendas fueron: “Cherota  al noroeste de la aldea de Bucaramanga sobre la margen sur del río Suratá. Chimatá, sobre la quebrada homónima al sur de Bucaramanga. Zapamanga al sureste de Bucaramanga, entre la quebrada Mamota y el alto río Frío. Bucarica, al sureste de Bucaramanga, entre el río Frío y el río Hato.

Guanentá  en la hoya del río Suárez. Chanchón,  en la hoya del río Suárez, vertiente oriental bien abajo del lugar donde se fundó luego el Socorro. Charalá o Chalalá situada al Sur del territorio Guanentino. El Pueblo Colonial de Guane, recordamos correspondía al cacicazgo antiguo de Moncora. Choaquete quebrada en las vegas del Saravita mano derecha al sur de Moncora”.

Macaregua, vertiente derecha del Suárez o Saravita, frente a la quebrada de Chiviriti. Butaregua al Sur de Macaregua. Lubigara entre los pueblos anteriores. Coratá al noroeste de Barichirá (Antigua Veraflorida).
Dibujos època encomenderos

 “El efecto del encomendero ausente, alejado de todos los problemas de la comunidad indígena de donde provenían sus ingresos y no interesarse sino por  su parte de ganancias, hizo que los ánimos permanecieran caldeados. Para el encomendero el estado de cosas no eran objetos de su reflexión ni cuidado, solo era parte que le tocaba a los indios para producir las contribuciones que les exigía la corona, de las que se servía al encomendero para darse una vida de fastuosidad…”

Las encomienda, como modalidades de trabajo impuestas a los indios por los españoles con la que afectaban negativamente su vida, sus tradiciones, su estructura social no dieron un resultado satisfactorio. El máximo logro obtenido fue hacer desaparecer las gentes nativas rodeadas de miseria y desesperanza.  Aquí comenzó el fermento de la Revolución de los Comuneros en la historia regional. El Guane murió físicamente, pero dejó en el criollo su legado hasta con seguir sacar de estas tierras a los españoles después de tanto daño causado.